El dedo en martillo o en garra consiste en la deformidad de los dedos del pie en la que estos están encogidos y no realizan bien su trabajo, provocando un desequilibrio de todo el apoyo de la función del pie.
Los dedos en garra son una deformidad con una etiología variada, desde patología del sistema nervioso, la mayoría de las cuales son congénitas, hasta de origen biomecánico, en cuyo caso son adquiridas.
Lo más frecuente es que veamos en consulta, de medicina deportiva o traumatología, el segundo criterio, es decir por alteraciones biomecánicas o morfológicas del propio pie, como por ejemplo:
– Pie cavo
– Pie plano
– Equino funcional
– Alteración de la fórmula metatarsal (longitud anormal de los metatarsianos o dedos.
– Uso de calzado inadecuado
Estas alteraciones son factores de riesgo para que el paciente pueda desarrollar una deformidad digital, pero no son determinantes, por lo que se suelen dar varios de estos factores al mismo tiempo.
Tipos
Las deformidades pueden ser congénitas o adquiridas, como hemos visto.
Podemos dividir las deformidades adquiridas en 2 tipos:
1. Estáticas: Como, por ejemplo, las causadas por un calzado inadecuado.
Un zapato no deforma el pie pero si los dedos.
2. Dinámicas: La importancia de la función muscular, de las alteraciones biomecánicas y sus relaciones con el movimiento del pie nos lleva a diferenciar 3 tipos de patrones etiológicos:
– Sustitución flexora, esta se debe a un gemelo débil, por lo que en el momento de propulsión, los flexores de los dedos trabajan con mas fuerza de lo normal, produciendo una posible deformidad en garra. Pero no solo va a producirse esta deformidad sino que el organismo va a tener que aumentar su gasto energético ya que estos músculos no están diseñados para la propulsión. En definitiva, esto se puede traducir en una carrera ineficiente y posiblemente productora de patologías.
El ballet es una disciplina que fuerza hasta el límite la capacidad de los pies y en la que pueden coincidir los mecanismos de sustitución y estabilización flexora.
– Sustitución extensora, se produce en pies equinos funcionales o estructurales, pie cavo, pies espásticos, músculo tibial anterior débil por neuropatía o traumatismo. La aparición de los dedos en garra suele estar asociada al pie cavo, debido a un desequilibrio de la musculatura flexora y extensora de los dedos del pie, aunque no es exclusivo de los pies cavos.
En todos los casos los músculos extensores intentan colaborar para producir una flexión dorsal del tobillo, sea cual sea su causa.
La ventaja, o el predominio, de los músculos extensores, sobre los músculos lumbricales, va a causar una deformidad de los dedos. Dicha deformidad se va a ir produciendo en la fase de la marcha llamada oscilación, hasta que contacta el pie con el suelo. Este tipo de deformidad en principio será flexible y según pase el tiempo se podrá convertir en rígida, por lo que el tratamiento será diferente.
Esquema de la deformidad estructural ósea.
– Estabilización flexora, esta se suele producir en pies muy pronados en la fase de apoyo, pies planos flexibles e inestabilidad de antepié y retropies varos compensados; otra causa puede ser una neuropatía periférica que afecte a la musculatura intrínseca (músculos interóseos).
Sea cual sea su causa lo que se apreciará es que en bipedestación estática y durante la marcha en la fase de apoyo completo, es decir cuando toda la superficie del pie está en contacto con el suelo, los dedos intentan agarrarse al suelo para buscar la estabilidad del pie.
La estabilización flexora en la causa más frecuente de deformidad de los dedos en garra.
Cuadro clínico
Callos o helomas en pie con dedos en garra.
El signo mas característico es la aparición de helomas, mas comúnmente denominados callos, en la parte dorsal del dedo, debido al la presión-fricción contra el zapato.
También podrían aparecer helomas en los pulpejos, debido al intento forzado o desesperado que hace el pie por agarrarse al suelo, buscando estabilidad.
El síntoma más frecuente es que aparezca dolor en la parte dorsal del dedo en garra, debido a la fricción contra el zapato. Además, los pacientes refieren dolor en la cabeza del metatarsiano correspondiente porque el dedo levantado o encogido no hace su trabajo, no recibe la presión al apoyar el pie, y ésta recae sobre la cabeza de los metatarsianos, originando una metatarsalgia.
Pie griego con dedos en martillo.
La exploración clínica suele objetivar la deformidad, con el dedo encogido, con callosidades dorsales en el dedo, por el roce con el zapato, y en la planta del pie por el exceso de apoyo sobre los metatarsianos. En los casos extremos el dedo o la articulación metatarso-falángica puede subluxarse y se pueden originar ulceraciones por rozamiento que son muy limitantes.
Tratamiento
En un primer momento el desbridamiento del heloma va a producir una mejoría y un confort importante, pero no será definitivo este tratamiento, ya que solo irá encaminado a tratar el heloma y no la deformidad del dedo que es la que ocasiona el heloma o callo.
Separador interdigital de silicona.
El objetivo del tratamiento es quitar la presión y roce de los dedos contra el zapato, por lo que dependiendo de la gravedad de la deformidad se llevarán a cabo las siguientes técnicas.
Tratamiento conservador. Consiste en adaptar una férula, normalmente de silicona para evitar el roce contra el zapato de la callosidad.
La cirugía se contempla, en ausencia de contraindicaciones formales, si las deformidades son rígidas y la férula de silicona u otro tipo de ortesis no es capaz de aliviar o disminuir el dolor.
Si existe alguna deformidad o alguna complicación ósea se optará por la cirugía.
En este caso la técnica que se llevaría a cabo es la llamada Cirugía mínimamente invasiva (MIS), la cual se realiza mediante incisiones muy pequeñas de 2 milímetros y guiado con fluoroscopia o rayos-x permite realizar la corrección de las articulaciones, de la deformidad.
Este tipo de cirugía se realiza con anestesia local, es decir, de los dedos y, además, es ambulante, por lo que en 2 horas al paciente se le da de alta.
La recuperación de este tipo de cirugía es muy rápida, y desde el primer momento podrá caminar, aunque ha de pasar un tiempo para usar todo tipo de calzado con normalidad.