Conocida también con el nombre de Bursitis retrocalcánea. Es la hinchazón (inflamación) del saco lleno de líquido (bursa) en la parte posterior del talón (calcáneo).
Causas, incidencia y factores de riesgo
Una bursa actúa como amortiguador y lubricante entre los tendones y los músculos que se deslizan sobre el hueso. Hay bursas alrededor de la mayoría de las articulaciones grandes en el cuerpo, incluyendo el tobillo.
La bursa retrocalcánea está localizada en la parte posterior del tobillo en el talón y es donde el gran tendón de Aquiles conecta los músculos de la pantorrilla al talón. El uso repetitivo o excesivo del tobillo puede hacer que esta bursa resulte irritada e inflamada. Las posibles causas son caminar, correr o saltar en exceso.
Esta afección frecuentemente está asociada con la tendinitis aquílea. Algunas veces, la bursitis retrocalcánea se puede confundir con este tipo de tendinitis. Aquéllos que se encuentran en riesgo de presentar esta afección abarcan personas que acaban de comenzar regímenes agresivos de ejercicios o que incrementan súbitamente su actividad sin un acondicionamiento adecuado.
Otras causas
– A veces se debe al cambio en el uso de zapatos entre los de tacón y los planos, que obligan a cambiar los puntos de apoyo del pie y otras a la inflamación del tejido que conecta la planta del pie, que es el músculo plantar facia y el hueso del talón.
Otro motivo puede ser por la forma en que se mueven las piernas y los pies coordinadamente, o por la manera en que están estructurados con relación uno de los otro.
Pueden ocasionarse también como resultado de una torcedura o golpe.
Por cambios degenerativos en el tejido adiposo del talón.
Por tener un arco plantar inadecuado o algún cambio en la fascia plantar, estructura que ayuda en el soporte del arco el pie.
Por pequeñas fracturas en el calcáneo.
Por una protuberancia del hueso del talón conocida como espuela o espolón del talón, que suele formarse por una fisura en el hueso calcáneo y que puede ser detectado fácilmente por medio de una radiografía.
Padecimientos como artritis reumatoide, lupus, gota, psoriasis, Neuroma de Morton o la presencia de algún cuerpo extraño en el talón, pueden ser causa de dolor del talón de pie.
En general el dolor es más agudo durante las mañanas, al estar parado o al caminar y disminuye conforme se “calienta” el talón y las personas con pie plano o sobre peso son las más afectadas. El problema generalmente mejora de forma espontánea conforme disminuye la inflamación de los tejidos suaves del pie, lo que puede lograrse más rápidamente con el uso de antiinflamatorios y en ocasiones de la inyección de hidrocortisona combinado con un anestésico local. También se recomienda el uso de plantillas suaves, de gel o espuma de goma para suavizar la pisada. Para confirmar el diagnóstico, es necesario tomar una placa de Rayos X y para descartar artritis es necesario un análisis de sangre y si el médico lo considera necesario se puede realizar una resonancia magnética para descartar tumores de hueso. Solamente en casos extremos se recomienda el uso de una férula nocturna, yeso removible o cirugía para liberar los ligamentos o quitar el espolón en caso de que exista.
Síntomas
Dolor en el talón, especialmente al caminar, correr o al tocar el área.
El dolor puede empeorar al levantarse en los dedos de los pies (pararse de puntillas).
Piel roja y caliente sobre la parte posterior del talón.
Signos y exámenes
El médico tomará la historia clínica para saber si se presentan síntomas de bursitis retrocalcánea. Examinando el tobillo se puede encontrar la ubicación del dolor. El médico buscará sensibilidad y enrojecimiento en la parte posterior del talón. El dolor puede empeorar cuando el médico dobla el tobillo hacia arriba (dorsiflexión) o puede ser peor cuando usted se para en los dedos de los pies. Al principio, los estudios imagenológicos, como las radiografías y resonancia magnética (RM), generalmente no son necesarios. Si el primer tratamiento no logra mejorar los síntomas, el médico puede recomendar estos estudios. La resonancia magnética puede mostrar inflamación.
Tratamiento
El médico puede recomendar los siguientes tratamientos:
Evitar las actividades que ocasionan dolor.
Aplicar hielo en los talones varias veces al día.
Tomar antinflamatorios no esteroides (por ejemplo, ibuprofeno).
Ensayar con cuñas del talón hechas a la medida o sin receta para ayudar a disminuir la tensión sobre el talón.
Utilizar fisioterapia para mejorar la flexibilidad y fortalecer la parte alrededor del tobillo, lo cual puede ayudar a mejorar la bursitis e impedir que retorne.
Si estos tratamientos no funcionan, el médico puede inyectar una pequeña cantidad de esteroides en la bursa. Si esta afección está asociada con la tendinitis aquílea, puede ser efectivo enyesar el tobillo para evitar el movimiento durante algunas semanas. En muy raras ocasiones, puede ser necesaria una cirugía para extirpar la bursa inflamada.
Fuente: www.ecured.cu