Estas láminas que cubren los dedos pueden guardar más de un secreto, pero no por mucho tiempo porque al menor cambio en su forma y color queda en evidencia qué tanto se cuidan y, más allá de su apariencia estética, si se tienen problemas de salud.
Las uñas a veces se pueden poner estriadas, débiles, quebradizas y con manchas, y es entonces cuando se debe evaluar posibles enfermedades en la piel, problemas renales, en el corazón o el hígado, entre otras dolencias. Y pueden delatar también el estado de ánimo de cada persona, porque unas uñas mordidas al extremo evidencian que su dueño es nervioso o sufre de ansiedad.
Por eso hay que prestarle atención, más allá de decorarlas con los esmaltes de moda. Se deben revisar con frecuencia y esté atento a cualquier cambio en su apariencia.
Infecciones que más atacan
Las producidas por hongos y bacterias. Los grandes enemigos de las uñas de manos y pies son los manicures agresivos, productos detergentes, cosméticos de mala calidad, removedores abrasivos y la inadecuada esterilización de las herramientas de limpieza y arreglo de uñas. Las uñas también pueden reflejar enfermedades sistémicas. Las alteraciones más comunes son:
1. Onicomicosis: Las micosis que con mayor frecuencia atacan las uñas de manos y pies son las provocadas por levaduras conocidas como dermatofitos, y son altamente contagiosas.
Suelen afectar las uñas de manos y pies. Llegan y se asientan a través de la cutícula y especialmente si se da en combinación con traumatismos.
Las señales son manchas amarillas o blanquecinas. La uña se pone sensible al tacto, al apretar sobre la lámina puede salir un líquido de aspecto cremoso amarillo o transparente. Con el tiempo puede aparecer un pigmento verdoso debido a la sobrecolonización bacteriana.
2. Psoriasis: Se evidencia como un punteado en las uñas o manchas rojo-marrón en la lámina. Estas se despegan de la base o se engrosan.
¿Qué diferencia hay entre infecciones y enfermedades de las uñas?
La enfermedad es una alteración en el estado fisiológico normal de la uña y la infección es la producida por bacterias, hongos y virus. Las infecciones son causadas por bacterias que producen enrojecimiento, pus y dolor.
Las enfermedades de las uñas pueden ser múltiples, pero se deben básicamente a una alimentación inadecuada y la carencia de vitaminas y minerales. Algunos de los problemas más comunes son:
Leuconiquia: es una alteración de color. Por lo regular se presentan manchas blancas transversales provocadas por pequeños traumas en la matriz.
Onicofagia: es el hábito compulsivo de comerse las uñas, y es más común entre las personas nerviosas. Al desaparecer el borde libre de la uña, esta se sumerge en el lecho ungueal.
Onicolisis: se presenta cuando la uña se despega de su lecho por su parte distal o lateral. Puede obedecer a mala circulación de la sangre.
¿Por qué se presentan estas patologías?
Las razones son diversas. Microbios y factores genéticos son las más comunes.
Tenga cuidado
Para evitar las infecciones de manos y pies es aconsejable realizarse el manicure y el pedicure con frecuencia y, preferiblemente, dejarlo en manos de una experta.
– Al realizar el lavado de manos y pies, cepíllelos muy bien.
– No se lleve las manos a la boca ni arranque los cueritos con los dientes.
– En el arreglo de sus uñas, exija el uso de utensilios esterilizados.
– Siga hábitos nutricionales adecuados. Consuma alimentos ricos en vitaminas y minerales que le ayuden a mejorar el estado de las uñas.
– No se haga cortes profundos ni se muerda las uñas.
– Mantenga la cutícula hidratada. Para evitar los excesos de piel o cueritos, en el mercado hay disponibles tratamientos a base de productos naturales.
– Para evitar infecciones, cuando acuda al salón de belleza lleve su propio kit de cuidado estético de manos y pies.
Trate de cambiar a diario de zapatos para mantenerlos ventilados y que sus pies también estén limpios y aireados.
3 milímetros
Crecen las uñas al mes, en promedio, y pierden dos veces más rápido humedad comparadas con la piel, por su poca capacidad para retener agua.
En caso de que se ejercite…
O practique deportes de impacto como running, tenis, fútbol, entre otros, es común que tenga molestias en las uñas. Para evitarlo:
– Use calzado adecuado para cada práctica.
– Tenga buenos hábitos de higiene. Seque las uñas de los pies, si puede con secador, y utilice productos antibacteriales que protegen de la humedad.
– Acuda a un pedicurista por lo menos cada 20 días para mantener las uñas en buen estado, y al podólogo cada dos meses.
– Si presenta alguna sintomatología, consulte al dermatólogo, podólogo y/o deportólogo.
¿Funcionan o no los remedios naturales?
Existen productos naturales que deben ser utilizados con control del especialista, y en los casos que las uñas sufran debilidad o algún otro problema, es necesario consultar al podólogo.
Señales de alerta
Consulte a un especialista cuando:
La lámina de la uña se torna amarillosa y/o presenta mal olor, puede tratarse de micosis (hongo).
Si la zona que rodea la uña está rojiza y hay inflamación o pus puede tratarse de alguna bacteria.
En ambos casos es fundamental asistir al dermatólogo o podólogo para que brinde las indicaciones pertinentes.
Datos curiosos
– Las uñas están formadas especialmente de una fibroproteína que se conoce como keratina.
– Las de las manos crecen más rápido. Y esto sucede, probablemente, por la actividad que tienen las manos, lo que conlleva una mejor circulación arterial a nivel de la matriz de la uña.
– Las uñas crecen mensualmente 3 milímetros, en promedio. La recuperación total de una uña depende del tamaño de la lámina, si esta es grande, puede tardar un año en reemplazarse; si es corta, 6 meses.
Fuente: www.el-nacional.com