Según un estudio llevado a cabo por la Escuela Médica de Harvard, el 75% de los estadounidenses sufren de molestias en los pies en algún momento de la vida y, probablemente, ese número sea similar en otros países. Y es que comprar el calzado adecuado es una inversión en la salud de los pies. Pero ¿cómo encontrar los zapatos ideales que aporten el apoyo necesario?
Empieza analizando tus propios pies y mira lo que ya está en tu armario. Párate descalzo sobre un trozo de papel o cartón y traza la forma de cada pie. Luego, quítate los zapatos, uno por uno, y ponlos en la parte superior del dibujo. Si eres como la mayoría de las personas, tus zapatos “cómodos” probablemente coinciden estrechamente con el contorno de tus pies.
Identifica los zapatos que te provocan dolor. Si eres una mujer, la mayoría de los calzados que te causan molestia seguramente serán aquellos que más te gustan, pero con dedos estrechos o tacones muy altos. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad Jyväskylä, en Finlandia, el uso frecuente y prolongado de tacones altos provoca tensión muscular y disminuye la capacidad de rotación del tobillo, aumentando el riesgo de lesiones. Además, se estima que sólo hacen falta dos años para que los pies presenten signos de sufrimiento.
Cuando estés listo para reemplazar a algunos de estos calzados incómodos, algunos consejos de la Escuela Médica de Harvard pueden ayudarte:
1 – Compra por la tarde: Elegir un calzado por la tarde es mejor, pues los pies se expanden naturalmente con el uso durante el día y se pueden hinchar cuando hace calor.
2 – Prueba con medias: Usa el mismo tipo de calcetines que vas a llevar con los zapatos.
3 – Mide tus pies: Pídele ayuda al vendedor para que mida tus pies y hazlo siempre que te compres zapatos nuevos. Si un pie es más grande o más ancho que el otro, compra un tamaño que se ajuste al pie más grande.
4 – Párate con los zapatos: Asegúrate de que tienes al menos entre medio y un centímetro de espacio entre tu dedo más largo y la punta del zapato.
5 – Camina con los zapatos puestos: ¿Hay suficiente espacio en la punta de los pies? ¿Los talones se ajustan perfectamente, o te aprietan o resbalan? Olvida aquella idea de que los zapatos se van a estirar a lo largo del tiempo. ¡Encuentra zapatos que te queden bien desde el principio!
6 – Confía en tu comodidad: Eres tú el que debe decidir si los zapatos son cómodos. No te fíes de la descripción del producto o de los consejos del vendedor. No importa qué tan cómodo parezcan, tú eres el verdadero juez.
7 – Detalles incómodos: Siente el interior de los zapatos para ver si tienen etiquetas, costuras, u otros materiales que puedan irritar tus pies y provocar ampollas.
8 – Examina la suela: No te olvides examinar las plantas de los zapatos. ¿Son lo suficientemente resistente como para proporcionar protección contra objetos afilados? ¿Proporcionan alguna amortiguación? Camina por la tienda con los zapatos puestos, sintiéndolos bien. ¿Las suelas amortiguan el impacto? Camina sobre superficies duras, así como en la alfombra, para ver cómo los sientes.
Fuente: www.terra.es