El cuerpo humano es una sola unidad… y aunque suene exagerado, lo que ocurre en TUS pies se refleja hasta en TU cabeza. Hay estudios que revelan que las maloclusiones dentarias (dientes torcidos y mal alineados) tienen su origen en alteraciones anatómicas y posturales de los pies que luego forman una reacción en cadena sobre el resto de las estructuras corporales hasta llegar a la cabeza. Los problemas posturales se inician principalmente en la infancia por la adopción de posturas erróneas o anómalas y, al no ser modificadas a tiempo, producen alteraciones estéticas y funcionales que a la larga provocaran fatiga, dolor y lesión en distintos músculos y articulaciones.
Cualquier alteración en los pies, ya sea en estructuras óseas, posición de las articulaciones, tensión de las cápsulas articulares, ligamentos, fascias y aponeurosis plantares, fatiga muscular, deformaciones de los ejes del pie, de los metatarsianos y dedos, mal apoyo del pie, etc., se va a traducir en la pérdida del correcto apoyo del cuerpo afectando el equilibrio, balance y armonía del centro de gravedad postural, alterando la postura de TODO el cuerpo, originando a su vez contracturas musculares, desgastes articulares prematuros (artrosis), dolores, lesiones, etc.
Para vivir una vida larga y sana, sin dolor y lesión es fundamental cuidar la postura, empezando por los pies (que es el órgano que actúa como base al estar parado y al andar). A partir de los 5 años de edad es recomendable realizarse anualmente un análisis baropodométrico (estudio computarizado de la pisada y marcha) para así poder detectar tempranamente cualquier alteración y de ser necesario modificarlo precozmente con plantillas personalizadas, ejercicios, terapias, etc. Es preferible prevenir desde temprana edad y no tener que lamentarnos en la vejez… mientras más prematuramente se corrige las alteraciones, menor es el desgaste sobre el cuerpo.