Para comprender las diferencias que existen entre estas patologías, comenzaremos por entender en qué consiste cada una de ellas:
¿Qué es la fascitis plantar?
El dolor del talón es un síntoma frecuente cuyas causas son múltiples. Dicho dolor puede ser consecuencia primero de una irritación y luego de una inflamación del tejido que recubre la planta del pie a nivel de la tuberosidad antero-interna del talón, recibiendo el nombre de fascitis plantar. Si esta situación anómala no se corrige y se prolonga en el tiempo, supera la capacidad del organismo para repararse, provocando una degeneración de las fibras de colágeno causada por repetidos microtraumatismos, llevándonos a una situación dolorosa, crónica e invalidante. Se caracteriza por dolor severo en la parte inferior del talón, que se agrava por la carga de peso. Esta fascitis se convierte así de forma progresiva en espolón, en más del 60% de los casos.
¿Qué es el espolón calcáneo?
El espolón calcáneo es una protuberancia ósea que se localiza en el hueso del talón llamado calcáneo. Cuando el proceso inflamatorio de la Fascitis Plantar no es tratado convenientemente y se mantiene en el tiempo, o se cronifica, se pueden originar cambios degenerativos en el origen de la fascia plantar en más del 60% de los pacientes. Estos procesos degenerativos y la tracción continuada que ejerce la fascia sobre el hueso son los responsables de la calcificación del origen de la fascia o espolón calcáneo. El espolón es, en todo caso, un fenómeno secundario de la Fascitis Plantar y no el origen del dolor.
¿En qué se diferencian?
Ahora bien, para diferenciarlos nos podemos basar en los síntomas, ya que estas dos patologías se manifiestan de diferente forma:.
La fascitis plantar se conoce por la inflamación aguda de la fascia, y ello provoca que tras permanecer largas horas de pie y tras andar durante muchas horas consecutivas, aparezca en la planta del pie, justo donde está localizado el punto más alto del arco plantar, un pinchazo, como si algo cortara la piel, que impide andar correctamente e incluso imposibilita permanecer de pie, pero este dolor mejora con el reposo.
En el caso del espolón calcáneo se manifiesta con dolor en la zona plantar de dicho hueso, que aparece tras episodios de dolor como el que se acaba de describir. A diferencia de la fascitis, este dolor aparece inmediatamente cuando se apoya el pie en el suelo, y va remitiendo gradualmente hasta no dar sintomatología. Y también al contrario de lo que ocurre con la fascitis, el dolor no desaparece con el reposo, sino que sigue estando presente.
Con información de: www.fisioterapialaser.com y www.facilisimo.com