El pie como cualquier parte de nuestro cuerpo es susceptible de tener lesiones, ahora bien hay algunas que por recurrentes en nuestra clínica, es conveniente analizar con detalle. A continuación tres de las lesiones más frecuentes.
Talalgias
Se entiende por talalgia el dolor producido en la parte posterior del pie a la que denominamos talón y que se suele acompañar de dificultad para caminar o estar de pie. ¿Por qué puede provocarse una talalgia? Hay muchas causas potenciales de dolor e inflamación en el área del talón. Entre las más comunes destacamos:
1-Causa metabólica
Algunos tipos de enfermedades reumáticas o enfermedades como la hiperuricemia (gota) o la psoriasis pueden generar calcificaciones de las partes blandas, con la consiguiente aparición del espolón calcáneo (crecimiento óseo que aparece en la base del calcáneo).
2-Anomalías anatómicas
La presencia de anomalías en la configuración del calcáneo, tales como excrecencias óseas o huesos supernumerarios, puede dar lugar a la aparición de talalgias. Así como las secuelas de fracturas o intervenciones quirúrgicas.
3-Secuelas infecciosas
Ciertas enfermedades infecciosas como la Gonococia (gonorrea) o enfermedades bacterianas prolongadas como flemones dentales cronificados o anginas mal curadas pueden producir largo tiempo después talalgias. También la inflamación o infección de las partes blandas de nuestro talón por problemas de contaminación externa, como al clavarse un cuerpo extraño, puede derivar en una talalgia.
4-Anomalías biomecánicas
Una anomalía en la pisada puede provocar problemas en el pie y generar una inflamación en el talón.
¿Cómo saber si tienes talalgía? En la mayoría de los casos la talalgia es anunciada por un dolor considerable a nivel del talón. Ahora bien, este dolor se puede presentar de distintas formas.
a.- Aparición de un dolor esporádico en el talón que desaparece y que de forma progresiva se va instaurando.
b.- Mayor dolor en los primeros pasos de la mañana, cediendo o desapareciendo más tarde.
c.- Dolor que va desapareciendo a lo largo de la actividad y después del reposo, al reiniciar de nuevo la actividad se manifiesta de forma aguda en los primeros pasos.
d.- En otros casos aparece a lo largo de la jornada y se va incrementando el dolor con el paso del tiempo.
Especial atención hay que prestar en el caso de jóvenes preadolescentes (de 8 a 15 años) con dolor crónico en el talón que se incrementa o aparece de forma intermitente con la actividad, ya que puede tratarse de la Enfermedad de Sever. Ésta presenta una patología relacionada con el crecimiento, que debe ser controlada y tratada según cada caso requiera: mediante limitaciones deportivas, tratamiento medicamentoso y la confección de plantillas si el caso lo requiere.
¿Qué hacer ante la aparición de dolor en el talón? Lo primero es acudir a tu podólogo o traumatólogo para un correcto diagnóstico. Ellos te indicarán el tratamiento más adecuado en cada caso, bien sea conservador (plantillas, medicamentoso, infiltraciones, rehabilitación etc.) o quirúrgico y si se trata de una causa infecciosa, se remitirá al especialista oportuno.
Metatarsalgias
Se conoce como metatarsalgia al dolor intermitente o constante de la región anterior del pie que afecta a las cabezas de los metatarsianos. Los metatarsianos son los huesos del pie que van desde el tarso, zona del medio pie (región del empeine) hasta el nacimiento de los dedos.
¿Por qué sucede?
1.- Su aparición es más frecuente en las mujeres y ello es debido al uso de calzados inadecuados (calzados con tacones altos y punteras estrechas) de forma continuada y al mayor deterioro de los metatarsianos por los embarazos, menopausia etc.
Inicialmente se puede apreciar una hiperqueratosis (dureza) localizada en una o varias de las cabezas metatarsales, con motivo de la presión que dichas cabezas efectúan sobre el suelo.
2.- El hundimiento de los metatarsianos centrales o la anomalía anatómica en la longitud de los mismos produce sobrecargas puntuales que también nos lleva a padecer dicha lesión. El dolor se manifiesta con mayor intensidad en el momento de impulsión del paso que es cuando el antepié efectúa su mayor trabajo, al igual que en la marcha, carrera o salto.
3.- También es motivo de metatarsalgias los pies que presentan hallux valgus (juanete) ya que al tener un primer metatarsiano que no funciona como debiera se produce una transferencia anómala de la carga en el segundo y tercer metatarsiano pudiendo provocar dicha dolencia.
4.- Enfermedades reumáticas que también producen degeneración de las articulaciones metatarso falángicas (poliartritis, psoriasis etc.)
¿Qué hacer para evitar la aparición de una metatarsalgia? Debemos usar calzados con ancho de antepié adecuado, evitaremos tacones excesivos y estaremos atentos a la aparición de hiperqueratosis (durezas), ya que pueden ser indicios previos a una metatarsalgía.
¿Qué debo hacer cuando tengo la lesión? Una vez que comenzamos a notar los síntomas lo aconsejable es comprobar si el calzado que utilizamos, tanto el habitual como el deportivo, es el adecuado. Solo con la utilización de calzados sin excesiva altura de tacón y con una anchura adecuada a la del pie y usando suelas ni muy delgadas ni muy duras, se pueden evitar muchas de estas afecciones.
Cuando el dolor es más intenso se recomienda realizar un estudio biomecánico de la pisada que permitirá valorar el apoyo y las sobrecargas que puedan estar generando la metatarsalgia. En base a este estudio el podólogo valorará si fuera necesario instaurar el usos de ortesis plantares (plantillas) u ortesis de silicona.
En casos graves donde hay que realizar un diagnóstico más exhaustivo de la metatarsalgia se recomienda también un estudio radiológico, una ecografía o una resonancia para valorar la afectación de las partes blandas.
En metatarsalgias graves o recurrentes no hay que descartar la cirugía.
Fascitis plantar
La fascitis plantar es la inflamación aguda de la aponeurosis plantar del pie (tejido grueso en la planta o parte inferior del pie). Este tejido se denomina fascia plantar y es una banda de tejido elástica situada en la planta del pie, que amortigua el impacto que se produce el caminar, estabiliza el talón y conecta, junto con otra musculatura, el calcáneo a los dedos creando el arco del pie.
Causas y síntomas . La queja más común es el dolor y la rigidez en la parte inferior del talón siendo la principal causa el microtraumatismo repetitivo. El problema también se puede ver causado o agravado por:
1.- Problemas con el arco del pie: pie plano o pie cavo (exceso de arco plantar)
2.- Exceso de ejercicio. Como correr largas distancias, especialmente cuesta abajo o sobre superficies desiguales.
3.- Aumento repentino de peso u obesidad.
4.- Tendón de Aquiles. (El tendón que conecta los músculos de la pantorrilla al talón).
5.- Zapatos con soporte de arco deficiente o suelas blandas y con poca amortiguación. Así como el uso de suelas rígidas que impiden una forma natural de caminar.
6.- Falta de tejido amortiguador bajo el talón (habitual en personas de edad avanzada).
El dolor se siente normalmente en la base antero-medial del talón y se puede desarrollar de manera lenta con el tiempo o repentinamente después de una actividad intensa. Suele ser más agudo por las mañanas por la rigidez que se presenta durante la noche y al realizar ejercicios que demanden un aumento mayor de la carga sobre la zona.
El tratamiento suele incluir fisioterapia, AINES o corticoesteroides, y necesariamente la modificación del reparto de fuerzas plantares con plantillas o soportes plantares termoconformados. Un calzado adecuado sirve como remedio y como prevención.
En casos agudos y como medida paliativa puede realizarse un vendaje funcional que elimine la tensión plantar medial (dura aproximadamente de 2 a 3 días) o inyecciones de corticoides directamente en la inserción de la fascia plantar. Hay casos donde no funciona el tratamiento anteriormente descrito, es estos casos, el tratamiento de elección es el quirúrgico.
Artículo publicado en www.larioja.com