1. Tacones muy altos
El 39% de las mujeres usa tacones a diario. De estas mujeres, el 75% sufre algún tipo de dolor en el pie o tiene juanetes, artritis en el dedo gordo, callos, “dedo martillo” y verrugas plantares, explica el Dr. Pedro Cosculluela, cirujano ortopédico del Hospital Metodista en Houston.
El problema de quedar muy arriba
Los tacones más altos –de 4 a 6” (10 a 15 cm)- causan inestabilidad en el tobillo y aumentan el riesgo de sufrir algún problema como torceduras o esguinces. Este tipo de zapatos carga demasiada presión en la punta de la planta del pie, describe el Dr. Kelly Geoghan, del Mercy Medical Center en Baltimore.
2. Zapatos muy pequeños
“Muchas mujeres usan todos los días para ir a trabajar zapatos que lucen muy bien pero que son simplemente muy pequeños”, explica el Dr. Cosculluela. Al no apoyar correctamente el pie entero, indefectiblemente aparecen los dolores no solo en el pie, sino en las piernas y en la espalda.
Desde la punta hasta el talón
Para que un zapato sea de la medida correcta, el pie debe apoyar cómodamente desde la punta de los dedos hasta el talón. Es importante que el zapato tenga la forma necesaria para sostener el peso del cuerpo y que no tenga nada que pueda lastimar al pie.
3. Zapatos de punta muy angosta
No permiten calzar correctamente el pie completo. Como consecuencia, explica el Dr. Cosculluela pueden aparecer ciertas deformidades en los pies como juanetes, dedo martillo y callos. Los juanetes, justamente, resultan de la desviación del dedo pulgar cuando recibe mucha presión por ser muy angostos.
Si no sientes los dedos, ¡cámbiate de zapatos!
Esto es lo que producen los zapatos en punta o estiletos: los dedos quedan tan apretados que no les llega la circulación y entonces, ¡los sientes como dormidos! Aunque Angelina Jolie los luzca de maravilla, los estiletos pueden convertirse en tu peor tortura.
4. Zapatos muy grandes
Uno de los mitos alrededor de los zapatos es creer que si uno compra zapatos grandes serán más cómodos. ¡Error! El pie necesita sostén para poder soportar el peso del cuerpo. Al no tener un “agarre” seguro, se ve obligado a hacer un esfuerzo extra para que el zapato no se escape.
5. Chanclas u ojotas
Aunque parezcan “inofensivos”, estos zapatos –tan comunes en verano- no tienen soporte en el arco, explica la Dra. Kelly Geoghan, del Mercy Medical Center en Baltimore. Además, al ser abiertos en la punta, aumenta el riesgo de lesiones e infecciones.
6. Chatitas de “bailarina” (ballet flats)
Estos zapatos son demasiado bajos y no tienen arco. Además, según explica la Dra. Geoghan, por lo general son demasiado “adaptables” a la forma del frente del pie y esto, para pacientes con juanetes o dedo martillo, puede resultar incómodo.
7. Birkenstock u ojotas alemanas
Estas ojotas que invitan a recorrer el mundo tienen un grave problema: “Este tipo de zapatos crean un taco negativo, donde el frente del zapato es más alto que el resto. Esto crea excesiva tension en el tendón de Aquiles y puede provocar fasciitis plantar o dolor en el talon”, dice la Dra. Geoghan.
8. Zapatos sin talón / suecos (mules)
Estos zapatos causan un trabajo extra en la punta del pie, al intentar acomodar el pie (ya que no tienen sostén detrás). “Esto puede contribuir a la formación de dedo martillo o de contractura de dedos”, dice el experto del Mercy Medical Center.
9. Zapatillas de lona
Son las preferidas de las señores mayores. Pero es un calzado que no tiene arco de soporte y es tan flexible que casi es como andar descalzo. Sin embargo, hay algunas marcas que vienen con arco y con una suela más gruesa, ¡fíjate eso antes de pensar en el color o el diseño!
10. Zapatillas de “cross training”
Si bien no son los peores zapatos, el problema está en que muchas mujeres las usan para diferentes usos. Pero como el taco es extremedamente bajo y entonces se pierde el control trasero del pie, no son recomendados para algunas actividades como el tenis.